Fui ayer lunes en la noche después de darme una vuelta en la feria, eran las 11 y los estaban terminando de lavar. Entré a los de 5a avenida. Pensé que no se iba a poder hacer nada porque los de limpieza estarían yendo y viniendo, pero aún así me esperé un rato en el penúltimo cubículo.
De los que entraron y salieron solo hubo 3 weyes que sí buscaban faje. El primero fue un wey que sólo me agarró la verga pero al parecer buscaba un mega pito y no lo convencí. Después llegó un wey moreno delgado de short que se puso en el baño del final. Quitó el papelito del agujero para espiar y me agaché para enseñarle mis nalgas. El wey se la empezó a jalar y se hincó para enseñarmela. Yo también me hinqué para tocarnos pero al wey aun no se le paraba bien y no me dejó masturbarlo. Entonces salió el cabrón de a un lado que me había agarrado la verga para vernos, pero como que nos incomodó y en cuanto entró otra persona al baño ambos se fueron. Esperé más rato y nada, sólo gente que iba a hacer sus necesidades.
Ya cuando casi me iba entró un hombre de botas picudas y muy lustradas, caminando con mucho sigilo en el pasillo. Se detuvo frente a mi cubículo como para verme y se metió según a orinar en el del fondo, pero no hizo nada, se quedó parado y con la puerta del cubículo abierta.
"¡A webo, este rancherote quiere faje!" pensé. Cuando salió este hombre de su cubículo por papel abrí el mío para verlo bien. Era un señor muy alto, como de 1.85, delgado, moreno claro, de bigote, ya maduro, rondando entre los 55 a 60 años, quizá un poco más, pero no se veía mal para un faje.
En cuanto el señor tomó algo de papel notó que lo observaba y se sacó la verga para enseñármela. Un pito no muy largo, de unos 15 o 16 cm pero muy grueso, casi abultado, unos huevotes bien grandes y la cabeza de la verga muy redonda, como una bola china. No era circuncidado.
Yo ya estaba con el pantalón abajo y la verga de fuera. El señor se acercó para que se la tocara. Intenté masturbarlo pero no se le recorría el prepucio de lo cabezona que tenía la verga, y no quise forzarlo para no lastimarlo. Me puse de espaldas y me empiné para enseñarle el culo abierto. Le dije que lo tocara. No lo hizo, sólo me preguntó si tenía condón. Le dije que no. Entró alguien al baño y este señor se fue a los urinales y yo cerré el cubículo.
En cuanto se fue la persona que entró, el señor volvió a mi cubículo y para mi sorpresa ya tenía un condón. No supe si lo consiguió o sí tenía. Se le había bajado un poco la erección y así se lo puso. No me había preguntado si quería que me la metiera, pero por el puro morbo me subí a la taza y me empiné para que me ensartara, casi seguro que no iba a entrar y sólo nos íbamos a masturbar.
En efecto, no entraba y el señor me dijo que estaba muy arriba, así que me puse de rodillas sobre la taza, le dije que me ensalivara el culo, así lo hizo y esta vez sí resbaló su verga. ¡Qué dolor, no mamen!, sentí como su verga cabezona me abrió de golpe el ano, precisamente como si fuera una bola china (son canicas grandes que se usan como dildo). En verdad se me escapó un grito de dolor, incluso fuera del baño se oía una mujer hablar, sólo esperaba que no fuera la intendente y se metiera a ver qué pasaba.
El señor me dio unas embestidas rápidas en cuanto me penetró. Yo la verdad sentía dolor y no pude seguir empinado, casi me pegué a la pared para sostenerme y que no me llegara tan al fondo su verga. Entró alguien al baño y nos despegamos. El señor se fue al urinal. De rato que se fue el que llegó el señor volvió a mi cubículo con la verga de fuera con el condón puesto, pero justo en cuanto se acercó entró alguien más y volvió a meterse al cubículo de al lado.
Salió la persona y entró alguien por tercera ocasión a los urinales, pero esta vez le valió verga al señor, se metió a mi cubículo y me dijo en voz baja: "así, hay que seguirle". Me volví a poner de rodillas sobre la taza, y ya con el culo medio abierto no hubo tanta dificultad en volver a penetrarme. El señor me la metió rico y me estuvo bombeando sabroso. A mi me dolía más que sentir placer así que estaba prácticamente pegado a la pared. El señor se me repegó más, sujetándome de las nalgas para cogerme más pegadito y no hacer mucho ruido. Estábamos con la puerta del cubículo abierto, si se acercaba el de los urinales podría vernos. Después de varias embestidas sentí como se deslechó y despacio se despegó de mí. Pude ver el condón lleno de leche al sacar su verga. Se retiró y yo me senté en la taza, abiertísimo del culo, sentía como si la piel de mi ano colgara. Ahora entiendo a qué se refieren con desflorear, que es cuando los labios de la vagina de la mujer quedan colgando después de coger mucho.
Así me sentía, desfloreado. Para terminar me senté en la taza y me la jalé hasta venirme. Me limpié y me fui, sintiendo como si aún tuviera la verga del señor metida en mi culo, de lo abierto que me dejó.
Por cierto, no se crean los videos porno, donde las vergas entran de inmediato y pueden embestir a toda velocidad a los cabrones. Duele mucho, métanla suave y cojan suave para abrir bien un culo, ya bien abierto ahora si embisten rápido. Es más rico si el que se cojen también disfruta.