Ayer viaje en la línea 3, jamás había metreado jaja, el caso es que como a las 2pm me metí al último vagón en MAQ, el asunto iba muy lleno, como pude llegue hasta atrás (soy bi, pero tampoco soy atascado), me acomode de tal forma que pudiera ver quién entraba. El caso es que se subió un gringo muy rico, tatuado, robusto; se puso a lado mío pero dándome la espalda, no sé si iba haciendo algo con un morro o qué onda, el caso es que me agasaje con sus nalgas, pff! que trasero, duro y levantado. ¡Delicioso!, también tenía unas piernas riquísimas. Un morrito que iba delante mío sólo veía con antojo como me iba manoseando al cabrón. Luego me arrepentí de haberme ido hasta atrás porque se atasco de tal forma que no podía bajar :( y me pase de estación, además empezó a apestar el vagón (¡bañense!).
Me gustó la experiencia, muchísimo. Me quede alucinado con ese trasero, pero no sé, tiendo a hartarme pronto de los lugares muy llenos; además, esta rico manosear, arrimar, ¿pero hacer algo más? es peligroso, no sé, no lo haría. Sean discretos y no sean obvios porque llego un momento en el que casi todos miraban al piso, WTF, no sean mirones jjajaja