Ese estado de recesión es parte de la respuesta sexual humana y es muy natural sentir el bajón.
Lo que en todo caso no suena natural es el sentimiento de culpa, vacío, triteza o el estado generalizado de malestar, aunque en términos estadísticos quizá lo sea pues muchas personas (hombres y mujeres) lo experimentan en alguno u otro grado y no sólo en las relaciones sexuales sino en las relación de pareja como tal en un sin fin de lugares y culturas.
El común denominador acá es la culpa y al final ése sentir de que algo muy grande falta. Podemos atribuir no sólo a vivencias traumáticas personales (o simplemente a experiencias individuales y formas de ser) la causa del asunto, también podríamos ahondar en dos factores externos:
a) Se ha encontrado que cualquier conducta compulsiva (esa que no se puede dejar de hacer aunque se quiera) conlleva una dosis de angustia (causada a su vez por algún tipo de culpa) que debe ser liberada mediante alguna fuente a la que se le atribuye alivio (comida, alcohol, sexo, juego, ejercicio, etc), por lo que, al satisfacer el impulso no se hace con la idea de satisfacer el impulso como tal, sino como conducta producto de una angustia. En algunas tesis y literatura sobre relaciones homosexuales muchos hombres que practican "cruising" reportan tener ésta vivencia, esos minutos posteriores a los que mencionas. Aunado a lo anterior, también se sabe que la gran mayoría de las personas homosexuales pasan por un proceso difícil de aceptación debido a las creencias socio-culturales respecto al tema y en dicho sentido, es donde las religiones juegan un papel importante. Esto me lleva al punto siguiente.
b) Es en las creencias donde el mundo cobra realidad y donde vivir para los demás (satisfaciendo expectativas) se vuelve regla a seguir y dicha cuestión no se cumple, entonces se desata una avalancha de todo lo que se esperaba y no se cumplió. Es claro que la culpa se hace presente pues se hace algo que no está bien (de acuerdo a lo que se cree), sin embargo en el momento en que se experimenta es muy claro que de malo no tiene nada. El choque de estas dos creencias no hace mas que despertar la culpa.
Pero más allá de eso, me he dado cuenta que la humanidad completa comparte éste predicamento: la culpa ¿Y qué tal que no hay nada por lo que haya que sentirse culpable? ¿!ué vuelco daría la humanidad si supiera que no necesita la culpa para vivir y que por lo tanto, no necesita juicios, ataques o defensas que intentan escudar algo que no existe? ¿Qué posibilidades habría de disfrutar todas y cada una de las experiencias que se nos pongan en frente sin importar la forma que éstas tomen, con plenitud y buenas intenciones para el otro?¿Dónde quedaría la necesidad de esconderse pues no hay nada de lo qué avergonzarse? (bajo el entendido de que al no haber juicios no hay nada que tenga que ser condenado).
Buena búsqueda de sí mismos para todos.