Hoy 13-abr ya me urgía mamar verga o que me la metieran. No tuve éxito en la gas de ciudad industrial ni en la central camionera. Fui al estacionamiento Plaza y en cuanto entré había alguien en el baño del fondo, salió y se quedó lávandose las manos. Yo me metí ahí sin cerrar la puerta, me saqué la verga y me la empecé a jalar. El wey se acercó y en chinga, a lo que va.
Era un wey que ya he visto antes en la central camionera. Es un vato chaparro, como de 1.60, delgado, moreno, ya casi llegando a los 40 años, me parece. Hasta eso está nalgoncito el cabrón.
-Hay que aprovechar que está solo para fajar agusto- le dije, acercándome a su oído mientras el wey me jalaba la verga.
-¿Qué te late?- me preguntó.
-¿Traes condón?- le pregunté.
-No, ¿quieres que te la meta?- preguntó.
-Sí, pero si no que me la mames- le respondí.
El wey se fue a los lavabos porque se escuchó un carro acercarse. Al poco rato le hice señas para que viniera de nuevo, pero en vez de agacharse a mamármela, se sacó su verga. Como es chaparrito no la tenía grande, unos 13 cm, normalona, circuncidada. Me agaché a olerla y checarla, todo normal. En chinga, a mamar que el hambre de verga ya me tenía desesperado.
El cabroncito me la empujaba rico en la boca. Sólo se había sacado la verga por el cierre, así que le desabroché el pantalón y se lo bajé para sostenerme de sus nalguitas lampiñas y que me diera verga más a fondo. Estaba bien sabrosito el wey, muy compacto, me tenía que agachar de más para mamarle su verga y casi no tuve que subir las manos para agarrarle sus pezoncitos. Apenas para encuerarlo y mamarlo todo al cabrón.
Le mamé buen rato la verga, quería deslecharlo. El wey sacó su pito de mi boca y se lo empezó a jalar para que le chupara sólo la puntita. Hizo algo que no me habían hecho antes, mientras yo intentaba chuparle la verga metió su dedo índice a mi boca, para que se lo chupara mientras él se la seguía jalando. Me dio mucho morbo y me la empecé a jalar. Llegué muy rápido al clímax.
-Ya me voy a venir- le dije. Me puse de pie y me desleché en la taza mientras él se la seguía jalando. Pensé que se iba a acercar para deslecharse también, pero aún le faltaba. Se fue al baño de al lado y al poco rato se retiró. Me limpié y me fui, no quedé satisfecho, pero ya será hasta después de la contingencia que busque alguna experiencia.