uyy! Las nalgas grandes, lampiñas, redonditas, duritas y de hombre hombre; no niños que se cren niñas; son mi perdición. Me puedo pasar horas besándolas, acaricinadolas, mordiendolas, chupandolas. Me encantan las nalgas! Pero unas buenas
Fajar riquísimo y que me metan una buena manoseada.