Fui hoy 17 oct después de un tiempo considerable de no ir (2 meses y medio). Como traía ropa oscura me sentía más confiado para permanecer desapercibido. No se veía nadie en las bancas, hasta que me fui más al fondo pude ver a un señor en la banca más cercana a la entrada del parque y a otro en las bancas del fondo, que es donde se da el faje. Me acerqué a este último, con la certeza de un 99% que buscaba faje.
Cuál es mi sorpresa que al pasar detrás de él y dar la vuelta para acercarme veo que es un señor, entre 45 a 50 años, moreno claro, de panza chelera, estaba abierto de patas el wey y con la verga de fuera, flácida pero larga. Pensé que traía tanga pero era un short de esos cortitos que usan los maratonistas, lo tenía acomodado de lado y parecía tanga. El wey ahí estaba exhibiéndose para el primero que pasara y quisiera tocar.
Me acerqué y le agarré el pito.
-Ahh..., hace mucho que no hago el amor- dijo entre gemidos. Yo sólo lo andaba masturbando.
-Vámonos para allá atrás- Me dijo, proponiéndome ir al pasillo detrás del parque. Me acerqué a mamarle uno de sus pezones, grandote y duro de excitado. El cabrón decía más cosas en voz baja, por lo cachondo, no le entendí bien.
En eso se acercó alguien, de playera blanca (muy mala idea si se quiere pasar desapercibido en ese lugar). Me alejé un poco y este tipo de blanco, un hombre de 35 años, chacalón, alto y robusto, se fue para la entrada del pasillo del parque. Yo también fui para allá y dejé a este señor en la banca. Me quedó oliendo la mano a su pito, ya no le seguí la corriente y me fui a la entrada del pasillo. Ahí esperé un poco a ver qué quería el de blanco. Me acerqué y le pregunté:
-¿Qué buscas?- Le pregunté
-Que me la mamen un buen rato- Me dijo
Se la sacó, se la jalé pero la tenía apestosa, así que no le seguí. En eso se acercó otro chavo, más joven, como de 30 años, barbón y de lentes, tipo intelectual.
Se fue para el fondo del pasillo y el tipo de blanco y yo lo seguimos. De rato también el señor de short cortito fue para allá y se quitó toda la ropa y se acostó en el suelo, pero la verdad ya causaba repugnancia y no le hicimos caso.
Nos regresamos a la entrada del pasillo y el de blanco se fue. Regresé un minuto a las bancas y luego a la entrada del pasillo, para abordar al chavo barbón.
-¿Qué buscas?-Le pregunté
-Lo que sea, ¿qué te gusta?- contestó.
-Que me la metan....- le dije en voz baja.
Se la empecé a sobar por encima del pantalón.
-Vente para acá- me dijo, pero le salió un poco afeminada su voz, tal vez era afeminado. Lo seguí un poco más adentro. Se desabrochó el cinto y se la sacó. También la tenía flácida y ancha, no se la olí, sólo lo masturbé.
-¿Te gusta que te toquen?- Le pregunté
-Siii...- me dijo en voz baja y con excitación. Se desabrochó su chamarra y le pude ver sus pezones duros debajo de su playera. Se la subió y me mostró su torso peludo. Empecé a chupar su pezón izquierdo y lo escuché resoplar de excitación cerca de mi oreja. Pasé al derecho y le hice otra pregunta:
-¿Te gusta que te besen?
-Sii...- me lo dijo un poco temeroso pero excitado también. Le di un beso en el cuello y sentí al cabrón paralizarse. Me ha pasado eso cuando los weyes están bien calientes pero nerviosos. Iba a besarlo en la boca cuando se escuchó alguien acercarse en bicicleta. Me asusté porque podría ser un policía en bici.
Me regresé a la entrada del pasillo y distinguí que no era policía. Por su vestimenta parecía un viejito, a lo mejor era el vigilante, que igual nos la iba a hacer de pedo pero no nos podía arrestar.
-Vente por aquí- Me dijo el chavo barbón y se metió al baldío detrás del parque.
No lo seguí. ya quería irme porque podría llegar la policía en cualquier momento. Vi bien al que iba en bici. No era un viejito, era un hombre adulto, joven, como de unos 32 a 35 años. Iba vestido algo parecido a los scouts, con short largo color arena, camisa de manga corta y un sombrero de esos como los que usan los exploradores. No estaba feo, era de tez blanca, buenas facciones y usaba pelo largo, amarrado en una cola. Simplemente no se vestía como alguien de su edad.
Me saludó muy amable:
-¿Está solo por allá?- me preguntó. Es obvio que iba por faje también.
-Sí, por allá no hay nadie, le dije.
-Creo que por allá se fueron dos- agregó, señalando al baldío.
-¿A poco ya te vas?- me preguntó y me tocó por el costado, apretándome el pellejo debajo de las axilas (estoy gordo, lo sé).
-Sí, es que luego vienen los policías en bici o el vigilante- le dije.
-No te preocupes, el vigilante que está es un viejito y no viene para acá, es nuevo- me dijo, insistiendo en que me quedara. Dejó su bici recargada a un mezquite.
-No te había visto por aquí, ¿vienes seguido?- me preguntó, acercándose más a mí.
-...casi no, ya tiene mucho que no vengo- le dije.
-Vente, vámonos más para acá- me dijo, para que lo siguiera más al fondo.
-Le agarré la verga por encima del short. Tampoco la traía parada y la tenía delgada o pequeña, porque no se la noté al tacto.
El tipo se puso muy cachondo. Me preguntó muchas cosas en poco tiempo, pensando que yo era nuevo en esto, en voz baja y muy excitado, tenía la actitud de un pervertido.
-¿Cuánto pesas?- 75, le dije.
El wey me volteó de espaldas a él, me abrazó y me empezó a manosear todo, primero por encima de la ropa, luego fue metiendo sus manos debajo de ella.
-Qué ricas bubis tienes, me encantan tus tetas...- me decía mientras recorría mis tetas con sus manos, las juntaba y apretaba mientras jadeaba a mis espaldas.
Me restregó su verga en mis nalgas, con la ropa puesta. Sin soltarme las tetas empezó a embestirme por encima de la ropa. Luego me cargó 2 veces, dándome a entender que quería cogerme.
-¿Cuántos años tienes?¿Por dónde vives?¿Qué te gusta?¡Qué rico culo tienes!, qué rica pancita!.
La verdad ya me había calentado el wey, yo ya estaba lubricando por el morbo. No pensaba hacer nada con él, pero quería ver hasta dónde llegaba. En eso me tocó la panza y bajó sus manos para agarrarme la verga. Me desabrochó el pantalón.
-¡Qué rico!, no traes cinto, eso es muy sexy...-me dijo mientras me metía mano para agarrarme la verga y masturbarme sin dejar de repegarme su pito en las nalgas y tocándome las tetas con la otra. Se notaba que era un wey muy cachondo. No me llevé cinto para no hacer ruido.
-¿Qué buscas?- me volvió a preguntar.
-Que me la metan, pero con condón... le dije, en voz baja pero ya cachondo también.
-Está bien, no te preocupes, no hago nada sin condón. No hagas nada tampoco sin condón. No traigas tu cartera ni celular, sólo lo del pasaje- Me dijo como si pensara que era mi primera vez ahí.
Estábamos en pleno faje cuando se acercó alguien más. Era un hombre robusto, moreno y panzón. Me separé y me abroché el pantalón.
-Tranquilo...Él es "Juan", siempre me lo topo aquí, ya lo conozco- Me dijo para que pudiéramos seguir en el faje.
Así lo hicimos, pero el wey se puso más caliente y se sacó la verga. Ya la tenía parada, una verga delgada circuncidada. El wey me volvió a bajar el pantalón y me la arrimó. Le dije que sin condón no.
-Tranquilo, sólo quiero que la sientas...- Me dijo mientras me la ponía debajo de las nalgas y me daba unos rozones, sin soltarme, teniéndolo pegado a mi cuerpo al cabrón.
-Vámonos a coger allá- me dijo, señalando el baldío. En eso salió el chavo barbón del baldío y otro tipo. Nos vieron en pleno faje pero no dijeron nada. Me dio vergüenza, me separé y le dije que ya me iba.
Hasta eso el tipo entendió, se despidió de mí, preguntándome cuándo volvería de nuevo, si la otra semana, el otro mes o en 15 días.
-No sé...- le dije y me retiré.
Sigue siendo lugar de vatos cachondos ese sitio, al parecer ahorita está relajada la vigilancia y van muchos weyes en la noche.