Yo tengo cara de mataputos (me lo han dicho desde chavo), gracias a eso, no es fácil que se me acerque un chavo bonito (tampoco son de mi gusto), pero también gracias a eso, muchos heteros tienen más confianza conmigo, al grado de agarrarme de confesor. Uno de ellos es un tipo muy macho, cría animales y cultiva el campo (vivo en zona rural), apesta a rayos, siempre toma hasta caerse de briago y no hay mujer que escape a sus groserías en el afán de conquistarlas. Pues bien, este cuate tiene un hijo, moreno, carilindo, cuerpo casi femenino, tremendamente loca. Viste como vaquero, con botas, sombrero, cinturón pitiado y toda la parafernalia del estereotipo macho, pero apenas sale a la calle y se encuentra con sus amigos, cambia por completo, la camisa se convierte en blusa, las perneras del pantalón van a dar adentro de la bota, se aprieta el cinturón, saca la pompa y se convierte en una auténtica vaquerita. Su papá lo ha descubierto varias veces y lo ha mandado al hospital por las golpizas que le pone. Ha llegado al colmo de espiar a sus amigos para echarles la camioneta encima y espantarlos (o atropellarlos si se descuidan) para que no se junten con su hijo y lo sigan pervirtiendo. Ese es un mata putos. Es un macho patológico que tiene pavor a la homosexualidad y no tolera que alguien tan cercano como su hijo tenga esa preferencia, simplemente no lo entiende, su cabeza no da para otra cosa que no sea el pensamiento mata-puto.
Lo peor del caso es que, sabiendo que soy homosexual, el tipo, cuando nos encontramos en la cantina, me cuenta sus penas, llora por las viejas que lo desprecian y me pide consejo para "curar" a su hijo.
Lo único que he podido hacer es ayudar al chavo, ponerlo en contacto con organizaciones y colectivos que le echen la mano y tratar de alejarlo del padre.
Ese es un mataputos auténtico.