Pues ayer y antier me la mamaron delicioso en la calle en la que descubrí que se puede sin pedos. Yo no tengo auto, por eso para no pasar frío y para que me la mamen a gusto sentaditos, prefiero que el vato tenga auto. Y sí, ahí estaba yo con las piernas abiertas y con el pantalón abajo mientras que me la mamaban super rico: lo que más me gusta es que giman y saboreen mi verga. Y los dos bisexuales de vida hetero, ¡uf! El morbo de que la mamen en el auto. Creo que en todo el tiempo que estuvimos pasaron dos weyes.
Bueno, de cualquier manera, yo no tengo llenadera, así que si algún wey machín, con ganas de mamar o quizá de que se la mamen, tiene auto, ganas y disposición de vernos entre 12 de la noche y 1 de la mañana, yo encantado. Ofrezco y doy discreción. La onda es en Coyoacán: por Miguel A. de Quevedo y Pacífico, cerca de La Conchita.