Marco Tulio Cicerón decía que nada resulta más atractivo en un hombre que su cortesía, su paciencia y su tolerancia. Yo no discuto el hecho de que hayamos nacido hombres y mujeres, así de simple, no discuto tampoco el hecho de que las preferencias sexuales no determinan tu personalidad y al mismo tiempo respeto mucho a los que se enfrentan a un proceso de adaptación y transformación inclusive, para cambiar de género a través de una operación completa con todo y la apariencia de sus órganos sexuales incluidos. Es también respetable el travestismo de algunos, que se saben hombres o mujeres perfectamente pero ya sea por gusto o por cuestiones laborales, tranforman su imagen en alguien del sexo opuesto con la plena conciencia de que no lo son.
Pero hay un tercer tipo y son esas personas mal llamadas locas, obvias, jotas y toda esa inmundicia de palabras recalcitrantes que nos meten a la sazón de los programas de televisión que todo lo tienden a tergiversar. Y esto lo digo porque en realidad esos son personajes, caricaturas que se compran el estereotipo de que si eres homosexual entonces tienes que contonearte al andar, ser afeminado, usar ropa que te permita ajustar tu cuerpo aunque caigas en el ridículo o en palabras de Tito Vasconcelos en alguna película de los 80's: bolso de lado, un poco de maquillaje y camina coqueta. Los estereotipos que nos han vendido por generaciones es precisamente ese: si eres "maricón" entonces eres afeminado y todo lo demás ya señalado, por el contrario si eres del sexo feménino y aparte lesbiana, entonces eres "machorra" "mamflora" y todos esos nombres que surgen del imaginario colectivo.
Los homosexuales somos hombres o mujeres con gusto por personas de su mismo sexo, nada más. Los que se compran la imagen que les venden los medios masivos, principal y particularmente la televisión, en cualquier caso evidencian su falta de carácter, de identidad, de personalidad y de estima propia, porque el respeto se gana y quien no se respeta a sí mismo, difícilmente lo podrán respetar. Y con ello no insulto a nadie, simplemente digo las cosas como se evidencian. Si los demás nos ven a los homosexuales como una caricatura y nosotros nos esmeramos en parecerlo, entonces tendrán toda la razón. No es una cuestión de respeto, sino de educación y cultura.