Hace unos dias estuve en Guadalajara, por las tardes me di a la tarea de conocer los lugares que aquí tanto recomiendan, como me quedé cerca de éste cine de inmediato lo ubiqué, el día que fui, si, como ya comentaron el señor que atiende muy amable, había como 10 personas máximo pero, yo me fui a la parte atrás mero al fondo, ni siquiera había visto que ahi estaba sentado un chavo de entre 30 y 35 años, se estaba tomando un refresco, con precaución me senté a 3 asientos de él (porque creo que primero hay que tantear el terreno), lo miraba de reojo y cada vez me calentaba más verlo, un cuerpo musculoso pero parecía de gimnasio, sus antebrazos gruesos de hombre viril y unas piernas largas y bien torneadas que resaltaban en su pantalón de color claro, pero mi sorpresa fue que se percató de que lo observaba y empezó a agarrarse el paquete, y así hasta que me saludó con un gesto, me senté junto a él y se desabrochó el pantalón para dejar libre su hermosa verga, no les miento pero según yo pasaba de 22 centímetros, me dijo que era casado y que andaba urgido porque su esposa andaba en sus dias, me invitó a mamársela, y me dío mucha ternura porque me dijo: "no te preocupes si no te la puedes meter, aunque sea la cabecita chupamela, pero con lo que no contaba es que tengo una garganta profunda y que mi relación de meses con un negro de Barbados me dejó bien entrenado así que ya se imaginarán su sorpresa al sentir que primero lubricaba todo su garrote y como poquito a poco me lo acomode hasta que mis labios podían rozar sus testículos, lo sentía vibrar dentro de mi y estaba encantado pero me pidió que fuese despacio porque no quería venirse tan pronto ni en mi boca, que de ser posible me la quería meter, me desabroche y acto seguido él empezó a jugar con mi culito, me pidió lubricante y me lo empezó a dilatar con sus caricias mientras yo le apretaba con mi garganta su preciosa y gruesa verga, me preguntó que si estaba listo a lo que asentí y me ha dado una santa cogida que aún ahora al recordar me erizo, me abrazaba con tanta ternura y a la vez salvaje, sentí su cuerpo cerca del mio que a estas alturas estaba todo desnudo igual que yo, después de unos 15 minutos me dijo que se venía pero que había cambiado de opinión y que me los quería dejar en mi garganta, fue un movimiento rápido, pero si, sentí su primer chisguete en mi paladar y el resto -que fue mucho sólo sentí como pasaba, mientras me abrazaba la cabeza y me apretaba a su regazo, ya después supe que trabajaba en el mercado San Juan de Dios y que mucho tiempo de su vida fué albañil de ahí el resultado natural de ese hermoso cuerpo, así que lo que empezó como desilusión por la soledad del lugar se transformó en la mejor experiencia sexual que tuve en Guadalajara y a ser honestos durante mucho tiempo
Me gustan los varoniles, para consentirlos con mi garganta profunda
