¿Chichifos de Hamburgo?... ¡Ja, ja, ja, ja, ja!...
Hace mucho tuve un ligue por internet. No recuerdo en qué portal gay me contactó un chavalillo bastante atractivo. Era un mulato alto, delgado, lampiño, con un rostro muy agradable, de fino porte y "finas maneras" sin llegar a ser afeminado. Pasamos varias semanas contándonos nuestras cuitas por el messenger de entonces, hasta que finalmente me confesó que quería "todo conmigo" pues le eran agradables los hombres maduros como yo. Yo, un tanto escéptico, lo invité a tomar la copa a algún antrujo gay y él mismo decidió llevarme a uno de los muchos que se emplazan en la Zona Rosa.
Nos emborrachamos un poco y terminamos cogiendo maravillosamente en el departamento de una tía mía que acababa de morir...
Pasó el tiempo y seguimos en contacto por el chat. Terminó por convencerme nuevamente que volviéramos a repetir "el acostón". Pasé por él y luego de cenar y platicar nos fuimos nuevamente a casa de mi tía. Cogimos maravillosamente toda la noche y, al día siguiente, lo llevé nuevamente a la colonia Irrigación donde vivía y compartía departamento con varios chavos.
Perdimos el contacto, perdimos el interés mutuo, y luego de varias semanas, por alguna razón que no recuerdo, tuve que ir a algún asunto hasta Avenida Reforma. Eran como las 09 ó 10 de la mañana y rondando la Zona Rosa, buscando estacionamiento, justo en la esquina de Hamburgo y Tokio, reconocí a lo lejos su figura. Me emocioné un tanto: El chaval estaba recargado sobre un auto estacionado del lado del arroyo vehicular, muy guapo, muy atractivo y muy bien vestido como cuando lo conocí, aunque su actitud era un tanto extraña a la vez.
Muerto por la curiosidad (y probablemente con el deseo a flor de piel) me dirigí en mi auto hacia él, cuando de repente un automóvil que circulaba delante mío se detuvo justo a la altura de donde estaba el chico y éste, a una orden expresa del conductor, rodeo el auto, abrió la puerta velozmente y subió con lo que me pareció una manera muy familiar y partieron enseguida. Me cayó el veinte: ¡Mi morenazo medio mulatón, al que me había yo cogido deliciosamente un par de veces, era "un chichifo" de la calle de Hamburgo y Tokio! ¡Oh, decepción!
Partí en mi auto pensando con cierta nostalgia en él y en los buenos momentos que vivimos charlando, comiendo, bebiendo y cogiendo... ¡e imaginando con cierto celo el hecho de que en ese momento, ya para entonces, estaría compartiendo el lecho con otro hombre!
¡No me hablen más de los "chichifos de Hamburgo", ¿va?!...
¡ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!...
SALUDOS.
P.D.: Se me olvidó "un detalle" que considero importante señalar: Su pene era muy pequeño. Lindo pero pequeño. Asunto que a mi no me molesta, ¡al contrario!... Pero me pregunto: ¿Un chaval que ejerce como "chichifo" en las calles de la Zona Rosa?... Es extraño, ¿no lo creen?...