Pagar u ofrecer lana por una mamadita o una cogida es uno de mis fetiches y no se trata de dominación, cosificación del otro, ni nada por el estilo, es simplemente un gusto que me provoca excitación sexual. Ojo: estoy hablando de mi caso particular.
Me resulta excitante el momento en que aceptan la propuesta monetaria porque a partir de ese momento el vínculo, complicidad, convenio o lo que sea, queda establecido entre ambos.
Para muchos "heteros" el dinero es el pretexto que usan para justificar que les gusta tener sexo con otro hombre: "por una lana yo sí se la ando metiendo" o la pregunta más frecuentemente justificatoria: "¿cuánto me vas a dar?"
Esa pregunta equivale a su aceptación, porque no se van a poner a regatear el monto de la remuneración, es simplemente una manera de no "parecer que jalan tan fácil", que no son putos (con perdón de la FIFA por lo ofensivo del termino) sino que "saben sacar provecho a sus atributos masculinos".
Como yo lo veo es una especie de empoderamiento de su ser "machín" frente al avasallamiento de sus deseos sexuales.
Pero como eso de meterse en las cabezas, pitos y culos ajenos para interpretar lo que verdaderamente piensan, me parece una jalada, solamente voy a contar que el jardinero que relaté en "como pedirle verga a un hetero", acaba de llegar, le voy a ofrecer una lana para que me deje sus calcetines al fin de su jornada de trabajo. A ver si acepta y me vuelve a coger. Ya les contaré. Ahorita estoy sacando el dinero que le voy a ofrecer y comienzo con las cosquillitas que se sienten antes del sexo.