Para todos aquellos que reclaman los vagones del metro como un espacio para tener sexo y aún más, se atreven a renegar de la presencia de mujeres o de mirones o de gente que no los deja coger ni ligar libremente, les tengo una mala, muy mala noticia: el metro es un medio de transporte, no es hotel, ni espacio para sexear. Y a todos aquellos que sienten que tienen derecho a exigir vagones especiales como los asignados a las mujeres (¡cuanta arrogancia y estupidez!), bien les vendría leer y documentarse un poco. Les mando un extracto de una serie de entrevistas que se hicieron a partir de esta situación, para que vean cuál es la posición del colectivo gay respecto a su actividad en el metro. No todos estamos de acuerdo en lo que hacen, así que pónganse las pilas.
Alonso Hernández, historiador y activista gay explica: “El metreo no es un derecho, sino una acción cotidiana. No se pide permiso, se ejerce. No se puede exigir un derecho que trasciende a los controles sociales”. Similar, es la opinión de otro activista y doctor en ciencia política, Héctor Salinas Hernández: “Yo soy una voz discordante de aquellos compañeros gay que consideran la metreada como un derecho. No. El derecho del colectivo Lésbico, Gay, Bisexual, Trans e Intersexual (LGBTTTI) es a transportarse libremente en el Metro como cualquier persona. Es absurdo hablar del derecho a metrear o a tener sexo público. Nosotros –colectivo LGBTTTI– necesitamos igualdad de derechos, no derechos especiales”.
¡¡¡¿Entendieron?!!!