Hola cruisers! pues leyendo sus ricas historias y luego de hacerme unas buenas chaquetas, me animo a hacerles mi aportación:
Ayer sábado quedé por teléfono de verme con mi novio luego de ir desde la glorieta de Vaqueritos, en Xochimilco, hasta Isabel la Católica en bicicleta ida y vuelta. Él y yo nos hablamos desde temprano y por su voz me di cuenta que andaba mal de gripa, evidentemente andaba chipilón, y me dijo que fuera un rato con él para apapacharlo un rato. Yo desde luego me emocioné por querer consentir y atender a mi hombre aunque fuera en plan cursi.
Me detuve poco antes de llegar a la colonia para comprarle un ramo de rosas, y proseguí hacia su casa. Al llegar al zaguán le marqué para pedirle que me abriera pero me dijo que andaba almorzando a un par de cuadras de ahí. Lo alcancé donde me dijo, y se emocionó enormemente cuando le di las flores. terminamos de comer juntos, y regresamos a su casa abrazados y derrochando miel...
He de decir que somos pareja dispareja: él mide 1.65, pesa como 60 kilos si no es que menos (es súper flaco), tiene la voz algo aguda, definitivamente no lo considero "agraciado" a pesar de ser un chico súper lindo y atento, lleva el clásico porte de oficinista godínez, y de armamento no se carga nada extraordinario pues le medirá unos 13cm. Ah, y es sólo activo. Yo por el contrario mido 1.72, peso 70 kilos, tengo pinta de universitario desmadroso, mi voz es mucho más grave que la de él, no presumo de un cuerpo escultural pero definitivamente la bicicleta me ha dado unas piernas que me han valido buenas miradas (y cogidas también), y definitivamete estoy más dotado que él a pesar de que soy principalmente pasivo.
El caso es que ya en su cuarto comenzamos a fajar muy rico y tiernamente, mientras me decía al oído lo mucho que le gustaron las rosas y lo feliz que estaba de que fuera a visitarlo. Él empezó a tomarme de la cintura mientras me besaba y me acariciaba. Luego empezó a bajar su mano por mi espalda y la metió por debajo del pantalón para sobarme las nalgas y las piernas. Yo ya estaba babeando de la verga aunque todavía no estaba erecto al cien. Mi chico notó mis suspiros y mi estremecimiento, y eso lo prendió más a él, por lo que empezó a desvestirme lentamente y a decirme al oído mientras me apretaba de la cola: "eres mío, solo mío"... Dios, eso me puso bien arrecho!
Me tiró de espaldas sobre su cama y me abrió de piernas para comenzar a hacerme un delicioso beso negro. Cada que lo hace me provoca gemidos y contracciones de placer, no es por nada pero aunque no lo parezca hace muy bien su trabajo. luego empezó a restregarme su verga en mi hoyo mientra me decía con una mirada de lujuria bestial "aja?" y lo respondía gimiendo ardiente de deseo "ajá"...
Empezó a penetrarme lentamente mientras me decía "te vas a casar conmigo", "quien es tu marido", "eres mio". Y cuando ya estuvo dentro de mi apreté más mis nalgas y lo tomé del cuello para plantarle un beso de lengua profundo mientras él comenzaba a bombearme. Duramos como media hora así, yo de piernas al hombro y el dándome apasionadamente, ocasionalmente él descansaba pero sin salirse y yo aprovechaba para hacer lo propio con mi cadera y mis piernas aprisionando su espalda. Estábamos jadeando y gimiendo como animales: su verga es del tamaño justo para estimular mi punto P, y su técnica es respetable (no por nada seguimos juntos a pesar de nuestras diferencias).
Llegó el momento en que sus embestidas me hicieron venir sin tocarme (rara vez me jalo la verga cuando doy las nalgas, me gusta sentir que todo el placer que siento viene de la verga de mi macho) a la vez que me yo me estremecía de placer en un orgasmo delicioso y llenaba mi abdomen de semen. En eso el sonrió con lujuria y se detuvo por un segundo para ver cómo me había deslechado, pero yo le pedí más y más verga, y le decía lo mucho que me gustaba que me hiciera suyo, que por eso era mi marido, y que me encantaba darle mi cola por lo rico que me coge. Yo no quería que parara, así que seguimos con la cogedera hasta que a los pocos minutos me provocó un intenso orgasmo anal con unas contracciones y unos espasmos deliciosos. Yo solo atiné a apretar fuertemente sus manos mientras me arqueaba y sentía cómo me hacía explotar por dentro. Con todo y eso, él seguía sin venirse, tiene un aguante bárbaro! Había pasado ya cerca de una hora por lo que decidimos darnos un descanso y quedamos los dos abrazados en la cama.
Nos habremos dormido unos veinte minutos y al despertar empezamos a juguetear con nuestros cuerpos, a acariciarnos y besarnos otra vez. En un momento que quedamos recostados en posición de cucharita, él aprovechó para ponerme completamente boca abajo y se puso completamente sobre mi mientras me daba mordisquitos en el cuello y me seguía hablando al oído. Siguió bajando hasta mis nalgas, otra vez, y con un par de sobadas y lamidas ya me tenía otra vez a su disposición. Alcé entonces mi cadera y nuevamente él empezó a restregarme su miembro. Me penetró nuevamente, y seguimos en esa posición otro rato más.
Seguimos jugando con otro par de posiciones hasta que llegamos a estar como de tijera. Fue ahí cuando nuevamente sentí que me penetraba con mayor ímpetu, y que me estimulaba nuevamente por dentro. Eso aunado a que yo estaba bastante dilatado ya, le permitió hacer unos movimientos tan amplios y vigorosos que me hacían gemir y estremecer de placer como si estuviera en celo. Debo admitir que me encanta cuando mi macho logra llegar hasta este punto, pues me hace sentir que me entrego incondicionalmente a su deseo y su voluntad.
A los quince o veinte minutos sucedió lo inevitable: un segundo orgasmo anal... Estoy seguro que para estas alturas él estaba tan extasiado como yo. Se vino dentro y yo le apretaba lo más que pude para que me preñara hasta con su última gota. Caímos los dos rendidos en la cama, él aún dentro de mi, y lo abracé mientras seguía con mis piernas abiertas y su verga aún en mi culo, deseoso de que se quedara en mí el mayor tiempo posible. Me sentía suyo, y le dije al oído: "amor, cómo no quieres que me case contigo! Como que te voy a traer flores más seguido".
No se si fueron las rosas que le regalé, o si la gripa le puso más cachondo de lo normal, pero definitivamente esa forma tan divina que tiene de hacerme el amor y de follarme tan apasionadamente son de las cosas que me hacen seguir con él a pesar de que tenga mis aventuras con otros hombres y a él le den celos. Como dice @Ian_Pazaran en su post, no todo son vergones, nalgones, buenones, machines... Prueba de eso es mi chico, y así lo quiero!
Y no lo niego, sí se antoja probar lo que hay allá afuera, pero también recuerdo lo que tengo en casa y al final terminamos fundiendonos el y yo en un solo cuerpo. Él lo sabe, por ese lado no nos mentimos, somos francos y sabemos distinguir lo que pasa entre nosotros y la otra gente. Sabemos que el amor y el cariño que nos tenemos se complementa con nuestro deseo y pasión, pero una aventurilla por acá o por allá siempre nos dejan aprender algo que podamos aplicar en la cama él y yo. Y desde luego que también sabemos los riesgos y responsabilidades que esto implica.
Agradezco su tiempo y atención chavos, espero seguir aportando y continuar leyendo de sus experiencias.
Pas-inter al sur de la CDMX (Coapa, Xoc, Coy, Tlp, Izt) Ciclista, lampiño, nalgoncito y piernudo. 1.72, 73k, 15.5x15cm, moreno claro, castaño obscuro. Cariñoso y cachondo; faje, besos, nalgadas. Sin lugar, cel/whats por privado. Me gustan grandes y gruesas, pero si eres peque y aguantador, tambi